
Pasé como una llama entre pálidas luces;
un torrente de fuego -y un grito- fue mi voz;
más que mi propia cruz cargué todas las cruces
y no acunó mis noches la sonrisa de Dios.
Me anubló la mirada un velo de inocencia
y un pétalo de luna me fingió corazón.
Entre obscuras conciencias fue clara mi conciencia...
nadie miró aquel velo ni entendió mi canción.
un torrente de fuego -y un grito- fue mi voz;
más que mi propia cruz cargué todas las cruces
y no acunó mis noches la sonrisa de Dios.
Me anubló la mirada un velo de inocencia
y un pétalo de luna me fingió corazón.
Entre obscuras conciencias fue clara mi conciencia...
nadie miró aquel velo ni entendió mi canción.
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